Cómo evitar un gran error al planificar un proyecto y el progreso en la semana 6

Es normal cometer errores al planificar un proyecto creativo con la complejidad de una novela de fantasía de más de 100.000 palabras. Elaborar un plan detallado con los objetivos, las tareas y los resultados clave para un producto que depende, entre otras cosas, de la creatividad es… ¿complejo?

En la entrada de hoy comparto contigo el error de principiante que he cometido y que ha supuesto un retraso de, al menos, dos meses en El sueño de la montaña roja. Y como es un error que podemos cometer al planificar un proyecto de cualquier tipo, te cuento mi solución. Quédate, que merece la pena.

Pero antes, el estado del proyecto:

planificar un proyecto

Un proyecto bien planificado consigue su objetivo en el plazo propuesto, con los recursos adecuados, conforme al plan establecido y con la calidad prevista. Traducido al universo de una obra de ficción: publicas en el año que quieres, no liando a demasiados lectores beta e ilustradores (ni volviendo loca a tu editora) y sin cambiar 3 veces de trama para confusión general de todo el mundo.

Como resultado, el objeto final, el libro, está bien maquetado, carece de erratas y se puede leer además de comprar. No es coña, he leído premios Planeta con más erratas que mis ejercicios de lengua de la EGB. Es como si te compras un yogur caducado o una camiseta con agujeros.

El principal error al planificar un proyecto

En mi experiencia, después de publicar 2 novelas y haber escrito 8 más que nunca verán la luz, el principal error al planificar un proyecto creativo es la falta de un plan de acción detallado y bien estructurado. Esto es, ponerte a escribir el texto sin antes haber trabajado concienzudamente un documento detallado que describa las tareas y las actividades que tienes por delante para convertir tu idea, personaje o inspiración en un libro publicado.

Esto es, exactamente, lo que me ha ocurrido con El sueño de la montaña roja. Llegué a la idea original, la desarrollé en un bloc de notas, la validé con cuatro personas y me puse a escribir como un poseso. Por impulso, por el gusto de concebir y de dar salida a la pulsión maníaca de persona que crea algo nuevo.

planificar un proyecto

¿Qué suelo identificar y describir en el plan de acción de una novela?

  1. Las tareas que tengo por delante, con el tiempo que me van a llevar y cómo se relacionan entre ellas. Por ejemplo, escribir el primer borrador es una tarea que me puede llevar 2 meses. Antes tengo que haber creado la estructura de la historia, que me puede llevar 2 o 3 semanas. La definición de los personajes puede ocuparme un mes. El desarrollo de la idea, unas semanas. La documentación, un tiempo infinito. Y así sucesivamente.
  2. La secuencia de las tareas. En qué orden me pongo con cada tarea de la planificación del proyecto. Antes del primer borrador necesito la estructura. Antes de la estructura, los personajes. Antes de los personajes toca la premisa, antes la idea, etc. Esto parece de Perogrullo, pero si me pongo a escribir como loco porque creo que la idea es brillante pero antes no he desarrollado bien los personajes o la trama es una vaga idea que espero inventarme conforme escriba… Se viene un fail épico. Y tocará reescribir MUCHO.
  3. La estimación de los plazos. Con todo lo anterior en la cabeza, me pongo a estimar los plazos de trabajo en función del tiempo disponible. Primero, porque el proyecto de El sueño de la montaña roja es algo que creo en mis horas de tiempo personal, así que tengo que medir bien cada minuto. Segundo, porque la creación no es una ciencia exacta. A veces estás cansado, bloqueado, te apetece matar orcos en una partida de Dungeons Universalis o tienes la cabeza tan rota que lo mejor que puedes hacer es irte a un concierto de death metal.
  4. Las responsabilidades. Escribir es una actividad solitaria. Publicar un libro es un enorme esfuerzo colectivo. Del autor, del maquetador, la editora, el corrector, la ilustradora, el de comunicación, los lectores beta, tu madre, la mascota y los amigos que dejas de ver porque te has convertido en una persona obsesiva. En el plan de acción suelo repartir las responsabilidades entre los profesionales con los que colaboro. De esta forma, podemos coordinar mejor nuestras respectivas tareas, plazos y recompensas emocionales y económicas. Por ejemplo, en El sueño de la montaña roja cuento con la colaboración de Irene Pin y en esta entrada te pongo un ejemplo de cómo trabajamos.
  5. El control de calidad. Que parece una tontería, pero no lo es. Quieres asegurarte de que los lectores tienen una experiencia de lectura única. Y para eso están todos los profesionales del punto anterior. Por ejemplo, conviene detallar los plazos que van a tener tus lectores beta, así como la forma en que vas a premiarles y el criterio que deben aplicar cuando te lean. Y tienes que reservarte tiempo, mucho tiempo, para revisar el manuscrito y las pruebas de imprenta tantas veces como sea necesario. Con un método, claro.

Como puedes comprobar, planificar un proyecto creativo de la magnitud de una novela de fantasía de más de 100.000 palabras tiene su complejidad si quieres hacerlo bien o tienes los mismos problemas organizativos que yo: falta de tiempo, distracciones o un trabajo absorbente.

planificar un proyecto

Estado del proyecto en la semana 6

Dicho lo cual, ya sabes qué ha pasado con El sueño de la montaña roja durante los últimos días. Dediqué la semana pasada a dar un paso atrás, revisé por completo el plan de acción y entré en detalles. Muy en detalles, porque había un montón de actividades por definir, herramientas con las que trabajar, ideas que desarrollar y notas que reescribir.

Así que he actualizado los objetivos, las tareas y los resultados clave para poder publicar la novela cuando quiero. Y puede que hable de ello la próxima semana. O no.

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El tipo de la cara quemada, caracterización y el proyecto en la semana 5

¿Qué pensarías si te cruzas por la calle con un tipo con media cara quemada, el ceño fruncido, imponente y con un espadón a la espalda? Buena caracterización, primo… Mientras te largas a toda leche.

La semana pasada estuve trabajando en los atributos peculiares de los personajes de nuestra novela de fantasía épica. Y aprendí algunas cosas que sirven para otros asuntos de la vida gracias al equipo de Caja de Letras, que me dejó participar en un webinar sobre caracterización.

También ocurrieron avances en la estructura del libro.

Pero antes, el estado del proyecto:

Reflexionando sobre la caracterización de los personajes que pueblan El sueño de la Montaña Roja no he dejado de pensar en Sandor Clegane, el Perro de Canción de Hielo y Fuego. George RR Martin es un gran caracterizador y la adaptación de sus personajes en la serie de Juego de Tronos es memorable.

Imagino que has leído el primer libro de la saga y visto la serie. En caso contrario, ¿a qué esperas? Entramos en harina.

La caracterización de Clegane

Esta es la primera caracterización de Sandor Clegane, al principio del primer capítulo de Eddard Stark, al comienzo del libro Juego de tronos:

Allí estaba Ser Jaime Lannister, de cabellos tan brillantes como el oro batido, y Sandor Clegane, con el espantoso rostro quemado.

Aquí yo ya estoy con la mosca pensando en quién es este tipo y porqué tiene el rostro quemado. Vuelve a aparecer unas 30 páginas más tarde, en el primer capítulo de Arya:

—¿Entrenas mujeres? —preguntó el hombre de las quemaduras.
Tenía la musculatura de un toro.
—Entreno caballeros —replicó Ser Rodrik con mordacidad—. Pelearán con acero cuando estén preparados. Cuando tengan edad suficiente.
—¿Cuántos años tienes, chico? —preguntó el hombre de las quemaduras a Robb mientras lo miraba.
—Catorce.
—Yo maté a un hombre cuando tenía doce años. Y no fue con una espada embotada, de eso puedes estar seguro.

El hombre de las quemaduras (¿cómo se quemó?), con la musculatura de un toro, un fulano que mira fijamente y que cuando habla no tiene miedo de exponer sus actos del pasado, por terribles que sean. No sé si Sandor me gusta o me asusta, pero quiero saber más sobre él.

La caracterización de Sandor Clegane en la serie de Juego de Tronos.

Un poco más tarde, en el primer capítulo de Tyrion, aprendemos más cosas sobre Sandor:

Le llegó la voz áspera de Sandor Clegane.
—Lo que le está costando morir a ese crío. Ya se podría dar más prisa.
Tyrion miró abajo y vio al Perro de pie junto a Joffrey.

Clegane proyectaba una sombra alargada sobre la tierra dura mientras su escudero le ponía el yelmo.
—Si lo deseas puedo silenciar a esa bestia —dijo a través del visor abierto.
El escudero le puso la espada larga en la mano. Clegane la sopesó y la probó blandiéndola en el aire frío de la mañana.

Así que este señor Sandor tiene la voz áspera y le llaman el Perro, maneja la espada. ¿Por qué? ¿Qué ha hecho? Unos párrafos después:

Se giró y se topó con Clegane, que se alzaba ante él tan imponente como una montaña. Su armadura negra como el carbón tapaba el sol. Se había bajado el visor del yelmo, que reproducía la cara enfurecida de un sabueso negro; daba miedo mirarlo. Pero a Tyrion siempre le había parecido que tenía mejor aspecto que la cara terriblemente quemada de Clegane.

Dedicó un saludo automático a Clegane y se alejó silbando, a toda la velocidad que le permitían sus piernas atrofiadas. Sentía compasión por el primer caballero que pusiera a prueba la paciencia del Perro aquel día. Tenía muy mal genio.

Con qué poquito, en distintas escenas, como sin esfuerzo, Martin nos va presentando a un personaje desde diferentes ángulos pero que es temible, violento, siniestro, enorme, temperamental…

Sandor interpretado por el escocés Rory McCann.

Las 5 razones de esta efectiva caracterización

Creo que la caracterización de Sandor Clegane, en estas primeras escenas de Juego de tronos, es más que efectiva porque:

  1. Diferencia perfectamente a Sandor del resto de personajes.
  2. Lo reconoces de inmediato, ya sea por la cara quemada, por la presencia que asusta a los demás personajes o por el detalle del yelmo de sabueso negro.
  3. La visualización de semejante tipo es muy accesible en base a la información que nos proporciona el texto: acojona.
  4. El uso de sus parlamentos es efectivo, en tanto que revela ángulos de su personalidad: no tiene ni piedad ni remordimientos, entre otras cosas.
  5. Y sus primeros actos son definitorios, tanto de su profesión como de sus valores morales.

Creo que estos pequeños actos de caracterización de un personaje secundario están muy logrados y cumplen con su función con creces. ¿No te parece? ¿Y qué opinas del Perro, por cierto? Es uno de mis favoritos de esta saga.

El estado del proyecto

Y ahora la puesta al día del estado del proyecto en la semana 5. Ocurrieron avances en la estructura del libro.

Estuve, entre otras cosas, trabajando en definir mejor el conflicto central de la historia. Puliendo la confrontación nuclear entre los personajes que pueblan El sueño de la Montaña Roja. Dicho de otro modo, aclaré el objetivo que persiguen los personajes y especulé en cómo se podrían dar garrotazos verbales y físicos para conseguirlo.

Este proceso de pulido, un trabajo entre creativo e ingenieril, me dejó unas cuantas ideas que cayeron en el saco de la estructura del libro. Una escena clave aquí, un giro de la trama allá, una secuela menor que habrá que magnificar para que tenga un poquito de profundidad.

Dicho en román paladín, el satisfactorio pero rutinario trabajo de creación del segundo esquema del libro. Porque sí, durante la semana pasada me cargué el primer borrador y decidí empezar de cero.

Pero de eso hablaremos la próxima semana. O no.

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Revelación de worldbuilding + Estado del proyecto Semana 2

La semana pasada tuve dos revelaciones mientras trabajaba en el manuscrito de La montaña roja (título provisional). Ambas son relevantes para el proceso de escritura de la novela pero la segunda ha cambiado por completo mi aproximación a esta historia de fantasía épica.

Pero antes, el estado del proyecto:

Pre-revelación

La primera revelación tiene que ver con mi propio proceso de trabajo. Por lo general, necesito mucho tiempo de calentamiento, lecturas, reflexión, exploración, creación de estructuras narrativas y personajes antes de entrar por completo en una historia. Antes de ponerme a escribir como un loco.

En esta ocasión, La montaña roja me ha sorprendido para bien. Poder viajar junto a mi familia y estar cerca del mar, en diciembre, fue clave para pasar de la fase reflexiva a la fase activa. Pillé un buen ritmo de escritura: entre 2.500 y 4.500 palabras diarias. El teclado ardía.

El ruido y la furia

El ruido y la furia, lo llamo. Estoy tan metido en el manuscrito que mi dieta se reduce a café y lo que pille. Dejo de salir a entrenar, respondo con monosílabos, empiezo a sentir dolores en las piernas, ladro y entro tan fuerte en la historia que hasta pienso en ella en sueños. No es sano, lo sé.

Es una sensación creativa fantástica, pero el ruido y la furia me conducen al agotamiento y a la pérdida de foco. Y esto es lo que ocurrió la semana pasada. Una mañana me desperté a las 4am (la hora habitual) y me senté delante del ordenador con un montón de ideas que se me caían de los dedos y unas ojeras hasta los pies.

Pensé: chico, para un momento y piensa en lo que has escrito. Estás a un paso del 50% del primer borrador del manuscrito.

Y me pegué un batacazo. La estructura de la historia estaba bien, los personajes se movían con vida (siendo mejorables), los hechos tenían el ritmo rápido que quería para la primera parte, pero no sé, Rick, parecía falso…

Me derrumbé, claro. El ruido y la furia me habían empujado a avanzar y avanzar y avanzar en la historia. A toda costa. Sin tomar perspectiva, sin conectar ideas y asegurar una coherencia completa. El manuscrito me pareció un ñordo de ñú.

Primera revelación: parar y pensar más a menudo.

Lo más gracioso del asunto es que al borrador le faltaba algo muy importante, algo que además exijo mucho cuando leo.

QUE EL MALDITO MUNDO ESTÉ BIEN CONSTRUIDO.

Worldbuilding: la revelación

La segunda revelación tiene que ver con el dichoso worldbuilding.

Me había creído que la creación y el desarrollo del mundo en el que se ocurre La montaña roja estaba atadito. Que podía trabajarlo conforme avanzaba, explorar poco a poco. Menudo tontucio, la verdad.

La realidad es que el mundo estaba bastante desatado. Tenía muchas ideas desconectadas, efectivas, impactantes, pero algo inconexas. Por ejemplo:

  • Una economía basada en la extracción, el refinamiento y la transformación de un poderoso mineral con propiedades fabulosas.
  • Una geografía concreta: el istmo del Gaznate, localizado en el extremo del mundo conocido (en la ficción). Y la misma Montaña Roja del título.
  • Una tecnología vagamente barroca pero con saltos hacia atrás.
  • Un sistema político en plena transición de un imperio decadente a una oligarquía de terratenientes e industriales.

Elementos estupendos e incluso atractivos, pero que me provocaron una sensación de inconsistencia, de falta de coherencia y de vaguedad.

¿Me sumergían en la historia? Sí.

¿Generaban conflicto a los personajes? No.

¿Eran los personajes coherentes con el mundo en el que vivían? NO.

Así que tomé muy buena nota de este asunto y dejé de aporrear al teclado (en verdad lo hago) como si la historia me hubiera poseído. Me puse a leer, a pensar y apuntar ideas en el Notion del proyecto.

Y volví a la misma fase en la que estaba al principio de esta entrada.

Segunda revelación: Detalla bien cualquier elemento del mundo en construcción y conéctalo con el resto. Te ahorrarás un montón de tiempo de reescritura.

La próxima semana quizá reflexione más sobre lo que he descubierto durante este proceso. Si te digo la verdad, depende un poco del ruido y la furia.

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